Hace varias décadas, Venezuela fue el país con el más alto nivel de vida en América Latina. Ahora, dependiendo de los precios del petróleo, este valiente pueblo se enfrenta a una crisis al borde de un colapso humanitario y social. Desde mediados de mayo, por dos meses más, fue prorrogado el estado de emergencia en el país.
Entre los sistemas más importantes del estado, la atención sanitaria enfrenta serias afectaciones. La mortalidad infantil se ha incrementado entre los recien nacidos, comenta el cirujano de una clínica, y es sólo una pequeña parte de la crisis global que sufre el país. Los hospitales carecen no sólo de los antibióticos y fármacos para enfermedades graves, también enfrentan las afectaciones de electricidad, de suministro de alimentos e incluso de agua.
Las fotos fueron tomadas por: Meridith Kohut del New York Times, en diferentes clínicas de Venezuela, hablan por sí solas.
Este hombre lleva varias horas en espera de ayuda en un local de trabajo.
Julio sufrió una lesión grave en la cabeza. Tuvo que esperar todo un año
para una operación de turno, debido a la falta de personal médico
En lugar de soporte especial, se sirve de botellas de plástico y envases
para líquidos. Así salen los médicos de las difíciles situaciones, ante
tratamiento de las fracturas.
En los hospitales, para poder lavar sangre de la mesa de operaciones y
lavarse las manos, los cirujanos antes de la cirugía hacen uso de agua
gaseosa, comprada en la tienda. Los guantes quirúrgicos y jabón también
están en falta. Las máquinas y equipos de rayos X para la diálisis renal
están fuera de servicio ó no operativas, sin hablar de papel para tomar
notas y de registro de los pacientes.
En el departamento de oncología de una de las clínicas.
Una mujer con su pequeña hija que sufre de asma
Los pacientes están dondequiera, en los pasillos y salidas. Las salas de los hospitales están saturados.
Cuando se producen los cortes de energía eléctrica en la ciudad, que
no son poco frecuentes, dejan de trabajar los aparatos de respiración
artificial, situados, entre otros locales, en las salas de maternidad.
Los valerosos médicos y empleados, ¡manualmente!, por horas ventilan los
pulmones de los recien nacidos.
Pese a los esfuerzos, muchos pacientes mueren de infecciones que no
pueden ser contenidas, en ocasiones, directamente en el suelo, porque
las camas tampoco son suficientes. Los hospitales venezolanos son
comparables con hospitales de primera línea de fuego, aunque no hay
guerra en el país.
Es admirable la valentía y la estoicidad de los galenos en este sufrido
país, que a pesar de las increíbles dificultades, continúan su labor y
ponen todo su conocimientos e ingenio al servicio de los pacientes, para
salir airosos del combate contra las enfermedades y dolencias. Comparte
este artículo con tus amistades, para que conozcan la gravedad de la
crisis humanitaria que atraviesa el país
Elsa Victoria
martes, 7 de junio de 2016